Depp & Burton Vuelven Cortando Fuerte

Conmovedora creación poética de un mundo oscuro y salvaje (rozando el Barroco) que nos cuenta la obsesión de Sweeney Todd (Johnny Depp), por encontrar la venganza, sirviéndose con unas espeluznantes cuchillas de barbero; debido a una acusación que sufrió injustamente por un malvado juez que le costó quince años de libertad, una bella mujer y una pequeña hija. Sweeney regresa a Londres, donde el juez tiene secuestrada a su hija, y no parará hasta devolverle el favor con forma de un "bonito afeitado".

Impresionante interpretación de Johnny Depp en el papel principal, donde demuestra que la palabra "imposible" no está en su vocabulario. Nos enseña su increíble capacidad para elegir papeles extraños y completamente diferentes unos de otros, nutrirse completamente de ellos y darles vida (quién olvidaría al inocente Eduardo Manostijeras, pasando por el histriónico Capitán Jack Sparrow de Piratas Del Caribe, el enigmático Willy Wonka de Charlie y la fábrica de chocolate o el dulce y melancólico James Barrie en Descubriendo Nunca Jamás). Ahora nos sorprende cantando. Este magnífico actor da unas clases excepcionales de lo que es interpretar, construyendo a un perfecto "atormentado" y cuya ira que le corroe pude sentir como espectador.

El resto del reparto no se queda atrás, la co-protagonista Helena Bonham Carter (El Club De La Lucha) muestra, al igual que Depp; su versatilidad, maravillando con un retrato de la Sra. Lovett, personaje que haría lo que fuera por Sweeney; dada su inexplicable adulación por él (y que prepara unas empanadas de lo más especiales).

Alan Rickman (Harry Potter), Timothy Spall (El Último Samurai) en los roles del juez Turpin y el alguacil Beadle respectivamente; junto con los demás miembros del reparto (incluso Sasha Baron Cohen, conocido por sus papeles en Ali-G y Borat) enseñaron unas actuaciones completas y pintorescas que, como ya he dicho; no se quedan atrás.

El vestuario, el diseño de producción, el maquillaje, todo es "tristemente bello", con el sello "Made In Burton" marcado por doquier. Una imagen cercana a lo gótico, un "musical sin números musicales", cuyo hilo argumental navega más bien en un diálogo cantado y muy complejo, lo que creaba en ocasiones confusión, por tener que estar atento a los subtítulos de las canciones y a la vez en la acción que transcurría, pero aún así la originalidad del conjunto estuvo presente en todo momento.

Una nueva peripecia de la pareja rara de moda, cuya historia consiguió que mientras estaba viendo la película, no viese a Johnny Depp interpretando, solamente era capaz de ver al torturado personaje Sweeney Todd, el barbero diabólico de la calle Fleet.